Durante una década, la ecuación fue la misma: gastar más de lo que entraba, crecer a toda costa, levantar capital y volver a empezar. “Estábamos acostumbrados a quemar el doble o triple de lo que generábamos”, admite Mario Bustamante, fundador de Instacrops. Pero en 2024, algo cambió: ahora habla que salvar la empresa.
El escenario cambió. El apetito por inversión de capital de riesgo cayó un 65% respecto de 2023, llegando a US$311 millones en 347 rondas, según el Impact Report 2025 de la Asociación Chilena de Venture Capital. Conocido ha sido el caso de Algramo, de José Manuel Moller, que declaró que su modelo requería más ingresos propios para sostener la operación.
